lunes, 29 de diciembre de 2008

¿Estoy condenado a tener hijos?

No amado y no querido


El siguiente diálogo es un ensamble de varias charlas con conocidos y conocidas que son padres: 

Padre:
¿Y vos, para cuándo?
     Yo: Nunca.
Padre: (incrédulo)  ¿No querés tener hijos?
     Yo: No.
Padre: ¿Por qué?
     Yo: Porque no. Y vos, ¿por qué quisiste tener hijos?
Padre: Bueno, este..., en realidad, no es que yo haya querido, sino que se dio y vino.
     Yo: Pero vos no querías tenerlo entonces.
Padre: Y bueno, en ese momento no, pero quiero mucho a mis hijos... 
     Yo: Se podría decir que los querés porque no te queda opción.
Padre: No, en realidad no es tan asi.
     Yo: Bueno, explicame
Padre: Ya vas a saber cuando te toque a vos.
     Yo: No me va a tocar.
Padre: ¿Cómo sabés?
     Yo: Porque me cuido. Y hago todo lo que esté a mi alcance para que no pase.
Padre: ¿Nunca tuviste sexo sin cuidarte?
     Yo: Nunca.
Padre: ¡No sabés de lo que te perdés!
     Yo: Sí, sé exactamente de lo que me pierdo: de ser padre sin quererlo.
Padre: ...
     Yo: Hablemos de otra cosa.

Como conclusión, para la mayoría de la gente tener hijos es un hecho fortuito, algo que les pasó y no pudieron evitar. Y como no pudieron eludir el hecho, mágicamente se convirtieron en amorosos padres... sin estar listos ni quererlo. Algunos padres fortuitos castigarán (concientemente o no) a sus retoños indeseados-pero-ahora-que-estan-amados, por el error que los primeros cometieron.
Además, estos padres quieren convencernos acerca de lo maravillosa que es su situación, y nos exhortan a reproducirnos. Mal de muchos, consuelo de tontos.
Es cierto, la naturaleza nos impulsa a la procreación, con la carnada del placer sexual. Sin embargo, ¿es tan dificil resistirse? En mi  caso personal: NO. Sin protección, no hay sexo. Y punto. El mundo ya está demasiado poblado, piénsenlo. Deberíamos TENER MENOS HIJOS. O ninguno.

Y por último, cito a Fernando Peña, en un artículo escrito el 21/04/08:

¿Por qué algunas madres se deshacen de sus hijos? ¿Por qué algunos padres también? El descarte de un hijo, además, no es solamente físico. Es no hablarle, no escucharlo, no notarlo, no quererlo. Y me detengo ahí, en no quererlo. Hay padres que no quieren a sus hijos. Me refiero al querer como sinónimo de voluntad. El querer como sinónimo de ganas, como cuando se dice que uno no quiere tener perros o gatos.

Muchos hombres y mujeres se sienten amenazados con la llegada del hijo o la hija. Los celos que produce la idea de que ese nuevo miembro de la familia conquiste a su pareja hace a veces que la gente no sirva como padres.

Los de clase media a alta piensan que tirar a un hijo a la basura o por el inodoro es de negros o de pobres. He visto muchos padres de clase media o alta, o bien educados, o como los quieran llamar, que ahogan y matan a sus hijos cotidianamente, sin darse cuenta de que lo están haciendo, sin conciencia ni nada.

Antes de tener un hijo es imprescindible preguntarse si lo vamos a poder querer. Sí, sí, leyeron bien. No es tan fácil querer a un hijo, no es tan natural. Debemos preguntarnos si queremos tener un hijo o es simplemente un capricho cultural y social.

Percibo que hay parejas que sienten que sin hijos son menos pareja, que no se aman lo suficiente o que serán mal vistos por sus amigos, sometiendo a la vidita por venir a llenar una catarata de carencias y de estatus varios que adornan y engalanan sus vidas. Seamos valientes y responsables a la hora de “encargar” un hijo. Basta de decir: “está esperando familia”.

No están el tío, el primo, la abuela ni el cuñado dentro de ese vientre. Hay una persona, una vida que en muchos casos se beneficia más no viniendo al mundo que viviendo con ciertos padres. No es tan grave no tener hijos si realmente no los queremos, lo gravísimo es tenerlos por inercia, porque sí, a lo conejo, al por mayor, como quien colecciona muñecas, como quien pone huevos y se los come.



Escrito mientras escuchaba el álbum "Black Ice" de AC/DC, un lunes por la tarde, con mucho calor.

sábado, 6 de diciembre de 2008

Aprendiendo a volar


La canción la escribió casi completamente David Gilmour. Describe las sensaciones y pensamientos de Gilmour acerca de volar, su pasión. Aunque algunos expertos interpretan que es una metáfora de empezar algo nuevo, experimentar un cambio radical en la vida, o más específicamente, los sentimientos de Gilmour al volverse el nuevo líder de Pink Floyd luego de la partida de Roger Waters.
Gilmour confirmó esta última interpretación de su canción durante el especial del 25 aniversario de Pink Floyd, en mayo de 1992.
(Traducido por mí, de Wikipedia )



Aprendiendo A Volar
(David Gilmour - Pink Floyd)

En la distancia, una cinta de negro,
estirada al punto de no retorno.
Un vuelo elegante en un campo ventoso,
esperando solo, mis sentidos retraidos.
Una atracción fatal reteniéndome rápido, como
puedo escapar de este irresistible abrazo?

No puedo desviar mi vista de los vertiginosos cielos
Mudo y retorcido, un torpe prisonero de la tierra, Yo.

Se forma hielo en la punta de mis alas,
Advertencias desatendidas, creí que habia pensado en todo
Sin navegante para buscar mi camino a casa
Desauciado, vacío y transformado en piedra

Un alma en tensión, eso es aprender a volar
Confinado a la tierra, pero determinado a intentar
No puedo desviar mi vista de los vertiginosos cielos
Mudo y retorcido, un torpe prisonero de la tierra, Yo.

[comunicación por radio]
Freno de fricción: fijado.
Mezcla: rica.
Hélices: empuje completo.
Alerones flaps: fijados, 10 grados
Indicadores de motores y succión: verificados

Mezcla fijada al porcentaje máximo: reverificado
Instrumentos de vuelo:
Altímetros: verificados ambos.
(ininteligible): encendido.
Luces de navegación: encendidas.
Estroboscópicas: encendidas.

( 38E): confirme a 3-8-eco, listo para despegar
(torre de control): hola, de nuevo, ahora soy 129.4
( 38E): 129.4. Listo para compenzar.
(tctl): Puede iniciar el despegue, vientos de 20 nudos.
( 38E): 3-8-eco.
Suave con los frenos, tranquilo. Esta vez va a rodar.
Solo administra la potencia gradualmente, y el ...
[fin de la comunicación por radio]

Sobre el planeta, en un ala y una plegaria,
mi sucio halo, un rastro de vapor en el vacío aire.
A través de las nubes veo mi sombra volar.
Fuera de la comisuras de mi humedo ojo,
un sueño que la luz de la mañana no amenaza,
puede hacer estallar este alma a través del techo de la noche.

No hay sensación que se compare con esta
Animación suspendida, un estado de suprema felicidad
No puedo desviar mi vista de los vertiginosos cielos
Mudo y retorcido, un torpe prisonero de la tierra, Yo.

(Letra compaginada, corregida y traducida por mi, de varias fuentes)

viernes, 5 de diciembre de 2008

Dia del nacimiento




Saber cómo envejecer es la obra maestra del conocimiento, y uno de los aspectos más difíciles en el gran arte de vivir.
(Henri Fréderic Amiel)

Cumpleaños. Siempre digo que no me afectan, que no me importan, y miento porque siento la necesidad de hacer un balance de mi vida, más justificado que en año nuevo. Ya hace varios años que no me deprime el resultado de ese recuento. Ni el inexorable paso del tiempo, porque creo que la edad nos hace crecer intelectualmente.
No me gusta festejar los cumpleaños. Preferiría festejar cualquier cosa: un encuentro, una reunión, la suerte de contar con buenos amigos, la salida de la luna llena... lo que sea. ¿Por qué debemos festejar el día que nuestra madre nos trajo al mundo? ¿Porque tuvimos la suerte de pasar un año mas sin morirnos? ¿Hay tanto riesgo de morirse como para justificar el festejo? No lo creo. Y no le temo a la edad, no quiero ser para siempre joven.
A muchas personas les importa mucho si sus amigos o familiares se acuerdan de sus cumpleaños, como si fuera un factor en una fórmula cuyo resultado mide el afecto de sus seres queridos. Yo no mido afectos, ni cuantifico amistades, porque considero que no tiene sentido hacerlo. Creo saber con qué personas puedo contar, y con quienes no. Puedo equivocarme, pero la decisión es exclusivamente mía, tomada por razones más significativas que por el hecho de que si alguien olvidó una fecha que para mí significa poco.

Escrito mientras oìa "Chinese Democracy", el nuevo disco de los Guns N' Roses.