lunes, 30 de marzo de 2009

24 horas de mi vida


Este post NO es acerca de la serie "24" de Fox. No me gusta escribir acerca de mi vida diaria, porque creo que es aburrido para cualquiera, y me incluyo. Pero estas últimas 24 horas creo que valen la pena ser relatadas.

Dia

Hora

Registro


Domingo
29 de Marzo


20:10


Tomo un taxi hacia la terminal de ómnibus. El chofer no abre la boca en todo el viaje. Esto promete.

20:35


Llego a la terminal. Me encuentro con otras personas conocidas que viajaban hacia el mismo destino… y que tienen asientos ubicados al lado o delante de mí. Como soy poco aficionado a la charla intrascendente y forzada de los viajes, me empiezo a incomodar.

21:05


Abordamos el ómnibus. Luego de poca palabrería, me dejan en paz para que pueda leer un poco. ¿Se me nota tanto el fastidio? Si es así, resulta útil.

22:15


Se me cae una papa con salsa (de la “cena a bordo”), que rueda sobre mi camisa. Y no traigo otra para cambiarme. Son cosas que suelen pasarme.

22:30


Termino de cenar y observo que las manchas en la camisa no son tan grandes.

22:45


Ponen en el ómnibus la película “Rumor has it” (denominada “Dicen por ahí” en nuestros cines). Bueno, las comedia románticas no son mis preferidas, pero podría ser peor.

23:30


Sin razón aparente, apagan los televisores. Me pongo a oír las columnas radiales sobre ópera de Chanelle. Recomendadas.

23:50

Comienzo a leer los posts del año pasado del blog de Conta Dora.


Lunes 30 de Marzo


00:30

Cansado, trato de dormir.

01:40

Me despierta el llanto de un bebé.

01:53


El bebé se calla, porque le dieron un teléfono celular para que juegue cambiando los tonos de llamada. ¡Es peor que cuando lloraba!

02:20

Consigo dormirme de nuevo.

03:50

Llegamos a destino. Viajamos desde la terminal al alojamiento.

04:20


Trato de desalojar a una gran cantidad de mariposas, escarabajos y otros insectos de la habitación. Parece la película “Los Pájaros”, de Hitchcock, versión entomológica.

04:35


Luego de tener un éxito moderado en la lucha con los insectos (el truco fue encender la luz en el baño y apagar la de la habitación), trato de lavar las machas en la camisa con agua y jabón.

04:50


Cuelgo la camisa parcialmente mojada frente al ventilador, y trato de dormir.

06:30


Me despierto y veo la camisa seca, con unas manchas apenas notales. Me levanto.

07:30


Me avisan que la reunión a la que tengo que asistir es a las 11 de la mañana. Y que los ómnibus que tengo para volver salen a las 13:10 del lunes o a las 00:30 del martes. En conclusión, es muy probable que viaje a medianoche, luego de haber perdido mucho tiempo.

08:40

Consigo adelantar trabajo como para poder irme a las 13. Voy a poder volver 10 horas antes a casa.

11:10


Me encuentro con algunas personas que realmente quería ver, y con otras que quería evitar. El balance, sin embargo, es positivo.

12:50


Estoy en la terminal, con el boleto en el bolsillo, almorzando dos porciones de tarta de jamón y queso con agua mineral.

13:10


Abordo el ómnibus y obligo a cambiarse de asiento a una señora anciana que se había sentado en el que me correspondía a mí. La señora balbucea palabras incomprensibles. La mando al carajo mentalmente.

13:30


Emprendemos el viaje de vuelta. Ponen la película “The Bucket List” (aquí llamada “Antes de Partir”), con Jack Nicholson y Morgan Freeman. Buena película, que me dio una idea para el siguiente post. Por supuesto, era una copia pirata con mensaje de advertencia incluido.

15:50


Terminada la película, me pongo a releer el libro “El Dragón Rojo”, de Thomas Harris. Un poco de literatura ligera para viajar.

16:40


Dejo de leer porque me duele la cabeza. Me tomo dos aspirinas, vuelvo a oír a Chanelle, y me relajo con un poco de ópera. Una de mis preferidas: Batti, batti, o bel Masetto, de la obra “Don Giovanni” del genial W. A. Mozart. Como bien lo explica Chanelle, en sus versos Zarlina pide a su futuro esposo Masetto que le pegue como castigo por haberse dejado seducir por Don Giovanni. Como aclaración necesaria: Mi interés en el aria es puramente estético, la violencia sugerida es accesoria.

17:30

Sigo leyendo el blog de Conta Dora hasta ponerme al día.

17:55

Con mi mejor cara de poker, me pongo los auriculares para ahogar con la música de Keane el intento de charla de un
señor mayor que acaba de subirse.

17:56


Observo, divertido, la cara de asco que tiene una chica joven al besar a su novio que la despide. ¿Se habrá cepillado los dientes, ese muchacho? Oh, l'amour diría Pepé le Pew...

18:05


Veo que el ómnibus se va a desviar unos 60 kilómetros para entrar a una ciudad fuera de la ruta directa. No me importa, aunque agregue al menos una hora más al viaje. Estoy de buen humor.

19:30


Oficio de intérprete portugués-español-portugués para ayudar a un pobre brasileño a entenderse con un guarda sin muchas luces.

19:50


Llego a la terminal, bajo apurado del ómnibus y subo a un taxi

20:30


Tras un silencioso viaje en taxi, llego a mi casa tras 24 horas y 20 minutos de ausencia y diez horas antes de lo que tenía planeado. Veo que todo está bien, aunque mis gatos no están.

20:40


Descubro a mis gatos jugando con unos chicos en la vereda de la iglesia que está cruzando la calle. Ya van a venir, guachos, cuando tengan hambre.


Aburrido, ¿les parece?

lunes, 23 de marzo de 2009

La cultura de la mediocridad


El hombre mediocre es incapaz de usar su imaginación para concebir ideales que le propongan un futuro por el cual luchar. De ahí que se vuelva sumiso a toda rutina, a los prejuicios, a las domesticidades y así se vuelva parte de un rebaño o colectividad, cuyas acciones o motivos no cuestiona, sino que sigue ciegamente. 

El mediocre es dócil, maleable, ignorante, un ser vegetativo, carente de personalidad, contrario a la perfección, solidario y cómplice de los intereses creados que lo hacen borrego del rebaño social. Vive según las conveniencias y no logra aprender a amar. En su vida acomodaticia se vuelve vil y escéptico, cobarde. 

Los mediocres no son genios, ni héroes ni santos. Un hombre mediocre no acepta ideas distintas a las que ya ha recibido por tradición, sin darse cuenta de que justamente las creencias son relativas a quien las cree, pudiendo existir hombres con ideas totalmente contrarias al mismo tiempo. (...) "Cuando la mediocracia encuba pollipavos no tienen atmósfera los aguiluchos".
Del libro "El Hombre Mediocre",
por el sociólogo y médico italoargentino
José Ingenieros (1877-1925)

Los espíritus mediocres condenan generalmente todo aquello que no está a su alcance.
 escritor francés

Ser mediocre es conformarse con poco, con menos del promedio. Es no esforzarse por alcanzar el máximo de lo que seas capaz. Es hacer lo mínimo indispensable, "total, nadie lo va a notar". 
Pero mediocridad no es lo mismo que conformismo. No es la falta de ambición desmedida, ni la codicia extrema.  Está bien ser feliz con lo que soy y con lo que tengo, porque no me importan las necesidades creadas artificialmente por la publicidad.

Cuando daba clases en una universidad, me daba asco esa tendencia a contagiar la mediocridad: mis estimados alumnitos me presionaban para que los apruebe con menos trabajo. Que no debía ser tan exigente, que todo mi esfuerzo era vano (preparar clases y material, dictar lecciones, corregir trabajos prácticos y exámenes). 
Hubo un caso, en un examen final, en que el alumno escribió acerca de un tema que no estaba incluido en el cuestionario, y tuvo el descaro de decirme: 

-- No estudié lo que usted pidió. Asi que escribí lo que había estudiado, así que tengo que aprobar.
-- Está bien -contesté-, al fin y al cabo el cuestionario no tiene importancia. Espero que todos escriban lo que quieran.
-- ¿En serio?
-- No. Tiene un 1. Retírese.

También, en uno de mis trabajos anteriores, mis compañeros me presionaban para que no produzca más que el promedio y no delate su pereza e incompetencia. Por supuesto, no les hice mucho caso y me gané la enemistad de varios de ellos.

La mediocridad está enquistada en todos los ámbitos, y tratamos a los que sobresalen como héroes, cuando en realidad estan haciendo algo que deberíamos hacer todos.  Así que si mi trabajo es barrer la vereda, debo hacerlo lo mejor posible. Si es realizar un examen psicológico a un futuro docente, asegurarme de su estabilidad mental y no firmarle el certificado después de recibir una respuesta negativa a la pregunta ¿Vas a matar a algún alumno?.  Creo que la mediocridad va de la mano con la corrupción y el egoísmo. Si no me importa hacer bien las cosas, no tengo reparos morales en vender mi integridad profesional.

Entonces, sea cual fuera lo que estoy haciendo, debo apuntar alto. Y no para buscar prestigio o ser un ganador, sino por la propia satisfacción de saber que hice lo mejor que pude. Que mi tiempo y esfuerzo no terminen desperdiciados en algo mediocre.

sábado, 14 de marzo de 2009

Mentime, que me gusta: La astrología


Penny: Soy de Sagitario, lo que probablemente les dice mucho más de mí de lo que necesitan saber... 
Sheldon: Sí. Nos dice que vos participás en el masivo delirio colectivo de que las posiciones aparentes del sol y los planetas respecto a constelaciones arbitrariamente definidas, en el momento de tu nacimiento, de alguna manera afectan a tu personalidad. 
Penny (confundida): ¿Participo en qué?
The Big Bang Theory, comedia en Warner Channel

Miente, miente, que algo quedará...

Joseph Goebbels, Ministro de Propaganda de Adolf Hitler

Actualización: Como bien me lo señaló Conta Dora,  es probable que  la publicidad de Google conste de sitios de astrología y horóscopos. Lo sabía porque ya le pasó a Phil Plait, quien dijo al respecto:
"Irónicamente, la publicidad de Google a la derecha invariablemente promoverá sitios de astrología, porque Google busca palabras claves en la página y selecciona su publicidad en consecuencia. Me es imposible filtrar la gran cantidad de anuncios de astrilogía, así que tenés permiso para visitarlos y burlarte" 


Hoy comienzo una serie de artículos acerca de las falacias corrientes en nuestro mundo, que a fuerza de repetirlas se transforman en verdades para algunos.

La astrología no es una ciencia milenaria, y los horóscopos no sirven. Es, quizás, un engaño milenario, pero definitivamente no es una ciencia. Entonces, me pregunto: 

¿Por qué la gente sigue leyendo los horóscopos? 
  • Por entretenimiento: Supongo que para algunas personas es divertido "ver qué le deparan los astros hoy". Por algo los horóscopos están junto a los crucigramas e historietas en los medios gráficos que los publican.  
  • Porque creen realmente que son acertados: Estas personas se acuerdan claramente de las pocas veces en que una frase ambigua, general del horóscopo coincidió con algo que les pasó. Y se olvidan rápidamente de las miles de veces en que se equivocó. ¿Se dan cuenta acaso de que cada horóscopo pronostica cosas totalmente distintas? ¿Que no coinciden entre ellos en nada? Si la astrología fuese una ciencia, todos los horóscopos coincidirían en mayor o menor medida.
Me llama la atención que personas que dicen creer en Dios y asisten a alguna Iglesia, lean los disparates astrológicos y se los crean. En varias partes de la Biblia aparecen citas condenando a la astrología (Isaías 47:13-15, Deuteronomio 18:9,12-14, etc.). Yo crecí en una familia católica (incluso fui monaguillo), pero actualmente me considero un humanista: Creo que el ser humano es responsable de obrar bien o mal, no hay entidades sobrenaturales que lo influencien.

Los especímenes humanos que me intrigan son aquellos que practican una "astrología selectiva": Dicen "Yo no creo en el horóscopo occidental. Sólo en el chino." Lo mismo daría que fuera el horóscopo maya, guaraní o zoroastriano, todos están mal.

La astrología, para sobrevivir, tuvo que adaptarse a los tiempos: Primero, descartó una de las trece constelaciones originales (Ofiuco o Ophiuchus, el Portador de la Serpiente, que iría del 30 de noviembre al 17 de diciembre)  para que quedaran doce, convenientemente alineadas con los meses del año. Luego adoptando rápidamente los planetas que se iban descubriendo a sus "pronósticos". Si es que sirven para algo esas predicciones, la existencia de los otros planetas hubiera sido evidente hace tiempo para los astrólogos. Me pregunto qué habrá pasado ahora que Plutón ya no es más un planeta, sino un "objeto transneptuniano".

Cuando yo cursaba el 5to (y último) año de enseñanza secundaria, ayudado por mi primera computadora, hice un experimento: 
  • Recopilé 200 frases de horóscopos en varias publicaciones
  • Hice un programa que las mezclaba al azar.
  • Imprimí "horóscopos" generados "tirando los dados" en la PC.
  • Los repartí en el colegio.
  • Antónito, fui felicitado por la exactitud de mi "programa astrológico" al cabo de un mes de pruebas.
En conclusión, los horóscopos (y la descripción de personalidades con base astrológica) son un bien montado negocio, que lucra con descripciones generales y frases ambiguas, aprovechando que nos acordamos claramente de cuando aciertan y olvidamos rápidamente cuando se equivocan. Si vos creés en la astrología, estás en tu derecho de perder tu tiempo (y dinero) en lo que quieras.  Entiendo que haya personas que "necesiten creer" en algo, y que esta barrabasada cubra esa necesidad.

Les dejo los links de dos excelentes artículos que demuestran científicamente lo que ya sabemos: que la astrología es una mentira.
  • La Mentira de la Astrología (Parte 1, Parte 2), por el escritor, periodista y divulgador científico Marcelo Dos Santos
  • Astrology (en inglés), por el astrónomo Phil Plait. Este artículo fue la base del trabajo anterior de Marcelo Dos Santos
Escrito mientras oía a mis gatos jugando en el patio

miércoles, 4 de marzo de 2009

Método para soportar el calor





Hoy, por cuestiones laborales, tuve que vestirme con saco y corbata. A las 18:30 hs me fui a un kiosco cercano para buscar una botella de agua destinada a rehidratarme. El kiosquero me dice:
- ¿Cómo hacés para no transpirar, con saco y corbata y 40 grados de temperatura?

Le contesté, con cara de "¿te parece que tengo alternativa?":
- Sí, transpiro. Pero no me importa, porque disfruto sentir mi camisa mojada de sudor.

Quisiera haberle contestado no TE importa, pero me contuve porque es el único kiosquero que tengo a mano en estos días. Luego de unos tensos segundos, el kiosquero dijo:
- ¡Ah, claaaro! Porque "la calor" (sic) es como el frío: todo "sicológico". Je je je.

Maldita sea, imbécil. Guardá el secreto porque si todos se enteran, nunca más se vende un equipo de aire acondicionado, total con convencerme que no hace "tanta calor", ya está. El olor a chivo que tengo también debe ser psicológico. Cerré la conversación diciendo:
- Si, je, je, je, psicológico. Chau.

Dormir mal me vuelve aun más intolerante.

Escrito mientras hilillos de transpiración me hacían cosquillas en el pecho.