miércoles, 12 de agosto de 2009

Yo, culpable





“Toda acusación es una pérdida de tiempo. No importa cuanta culpa encuentres tú en alguien, y es irrelevante cuánto lo acuses, porque no cambiará quien eres.
Lo único que produce el hecho de inculpar es mantener el foco lejos de tí cuando estás buscando razones externas para explicar tu infelicidad o frustración. Puedes tener éxito al conseguir que otro se sienta culpable por algo al acusarlo, pero fracasarás al tratar de cambiar lo que, dentro tuyo, te esté haciendo infeliz.”
Wayne Dyer (10/05/1940 - )
Psicólogo y escritor estadounidense.


“Debemos rechazar la idea de que cada vez que alguien viola la ley, la sociedad es la culpable y no el delincuente. Es tiempo de restaurar el concepto americano de que cada individuo es responsable de sus acciones.”
Ronald Reagan (06/02/1911 - 05/06/2004)
Actor, ex presidente de EEUU.


Si una persona pierde todo su dinero apostando en un casino, y luego intenta suicidarse, ¿de quién es la culpa? ¿De la persona por obrar mal? ¿Del casino? Si los casinos estuviesen prohibidos, ¿encontraría esta persona alguna forma alternativa de apostar?. En otras palabras, ¿Es la culpa del chancho o de el que le da de comer?

De ninguno de los dos, según nuestra actual sociedad. Con la ayuda de la útil "ciencia" de la
psicología es fácil encontrar terceros "culpables": una "enfermedad" (la ludopatía), el stress, los padres, la pareja, la familia, el jefe, el trabajo, la sociedad, etcétera. ¿Es tan popular la figura del psiquiatra hoy porque le quita la responsabilidad al paciente? Yo opino que es así, porque si el causante de la propia infelicidad no es uno mismo... ¡Qué gran alivio! Aunque sea resultado de evadirse de la propia culpa. Y cuando un psiquiatra responsable intenta decir la verdad, el paciente dolorido y resentido simplemente se va a otro, que le endulce los oídos con las falacias que quiere escuchar.

¿Por qué pasamos de obrar mal a estar enfermos?
Porque es más fácil que nos digan que estamos enfermos que asumir nuestros errores, es más cómodo culpar a otro que asumir la responsabilidad. Evidentemente es una clara consecuencia de la cultura facilista que prolifera en el sistema educativo actual (los que sean docentes me van a dar la razón). La pérdida de los valores morales y la incomunicación ayudan, por supuesto.

Cuando nos enteramos de algún crimen aberrante, decimos "ese tipo está enfermo" y no "ese tipo es una mala persona". Si alguien me roba no es culpa del ladrón, sino mía, porque soy parte de "la sociedad que no lo contuvo y lo impulsó al crimen porque tiene hambre y no le queda otra opción". Es solo un pequeño ejemplo de las ridiculeces que nos estamos acostumbrando a oír en estos días. Siempre va a haber otras opciones, aunque sea el asistencialismo del gobierno.

Aclaración necesaria: Estoy convencido que existen buenos psiquiatras que pueden ayudar a muchas personas a solucionar sus problemas. Personalmente, y como discípulo de las ciencias exactas, no me gusta la psicología aunque he leído bastante al respecto, a Freud y Jung acerca del psicoanálisis, a Watson y el conductismo, y a varios otros más. Ninguno logró convencerme. Así que si sos psicólogo/a, tomá esto como una opinión personal y sin pretensiones de verdad absoluta. Si no te gustó comentá y exponé tu punto de vista.





lunes, 3 de agosto de 2009

Mentime que me gusta: "El amor de mi vida"


"El destino no depende de la suerte, sino de la elección. No es algo que se espera, sino algo que se construye activamente."
T. S. Elliot (26/09/1888 - 4/01/1965).
Poeta, dramaturgo y crítico anglo-estadounidense.


El "Amor de tu vida" no existe. Podremos sentirnos mejor o peor con otra pareja, pero ninguna es tan especial como para ser considerada "la única". He oído historias en las que la frase "encontré al amor de mi vida, pero lo perdí/me dejó/lo estropeé" y me dan ganas de decirle a esa persona convencida de haber perdido toda oportunidad de ser feliz, que abra su mente y trate de entender ese complejo asunto.

Que alguien hable de "el amor de su vida" demuestra claramente su inmadurez afectiva y declara afición a las novelitas rosas. Nada está mas lejos de la realidad, y esta alienación es peligrosa, porque confesar a alguien "sos el amor de mi vida" la/lo hace consciente del enorme poder que tiene sobre vos. Imaginate: no podés darte el lujo de perderla/o, asi que si te tocó en suerte alguien malicioso te puede hacer mucho daño. Muchos deben su miserable existencia a este mito: no quieren dejar a alguien que los hace infelices porque creen que es "el único".

Algo peor aún: Que un prospecto de pareja te diga "yo ya tuve el amor de mi vida y lo perdí". Es como que te diga en la cara que no te toma en serio. Que no te esperances, la cosa va directamente al basurero.

Mi experiencia me enseñó a disfrutar de todas mis relaciones de pareja, de las mejores y de las peores. Crecer como persona es lo más importante de todo: después de una mala experiencia, solo queda volver a intentar, tratando de darle una nueva oportunidad al amor y no cometer los mismos errores.

Gracias a todos los que me pidieron que siga escribiendo. Sus comentarios son mi sueldo (como dice un colega bloguero).





viernes, 15 de mayo de 2009

Mundo enfermo y triste



No vayas por allí diciendo que el mundo te debe a tí una vida: el mundo no te debe algo, estaba aquí primero.
Mark Twain (1.835-1.910)
Humorista y escritor norteamericano, 
autor de "Las Aventuras de Tom Sawyer"


El mundo no es peligroso por culpa aquellos que hacen daño sino por aquellos que lo observan sin hacer algo.
Albert Einstein (1.879-1.955)
Alemán, autor de la Teoría General de la Relatividad 
y premio Nobel en física.



El mundo está enfermo, y trata de curarse. La enfermedad: el propio ser humano que multiplicándose sin control está agotando los recursos y eliminando a otras especies. La cura: epidemias, desastres "naturales" y guerras.
Tiempos oscuros se avecinan: guerras por recursos como el agua y el petróleo. Pandemias que podrían ser incontenibles.  Una crisis económica mundial que no parece tener remisión. Catástrofes naturales que matarán de hambre a los que no mueran por sus efectos primarios. Si es lo que se necesita para que lo que quede de la especie homo sapiens sapiens sea consciente, que así sea, inclusive si me toca estar entre los que ven crecer el pasto desde abajo.

Pasé mi niñez en un pueblo del interior de Misiones, a pocos metros del "monte", de la selva misionera, llena de vida y de vigor. Hace unos días volví a pasar algunos días en el monte... que está seco, agonizando por la falta de lluvias. Al caminar entre los árboles se siente el crujir de la hierba reseca abajo, y hasta donde alcance la vista se puede apreciar el amarillento color de las hojas en los árboles sedientos.
Creo que ya no hay vuelta atrás: el clima cambió y nos va a tocar sufrir las consecuencias. Enfermedades como la leshmaniasis, el dengue, la fiebre amarilla y otras, antes exóticas, ahora aparecen intercalándose en los titulares de las noticias. Paradójicamente, en esos mismos titulares las ideas para solucionar el problema de fondo brillan por su ausencia. 
Mi pesimismo está justificado.
El 27 de abril asistí a la charla que el profesor de filosofía y escritor español Fernando Savater presidió en el Centro del Conocimiento, y una frase me impresionó profundamente. Alguien le había preguntado su opinión acerca de la crisis económica mundial, a lo que contestó:
"Si bien no entiendo mucho de economía, la solución tradicional a las crisis es la guerra. Moviliza la industria, dando trabajo a la poca gente que sobrevive al conflicto."
No creo que la guerra sea la única solución: hay muchas otras mejores, que pueden desarrollarse hablando y consensuando. Lamentablemente, pensar en los líderes mundiales dialogando y poniéndose de acuerdo para salvar al mundo es utópico.

"Es el fin del mundo tal como lo conocemos... y me siento bien"


martes, 21 de abril de 2009

Disfruta el silencio


Es en la soledad cuando estamos menos solos.
Poeta y escritor inglés.


La soledad es el privilegio de los espíritus extraordinarios.
Arthur Schopenhauer (1.788 - 1.860)
Filósofo alemán.

Hace unos días charlaba con un amigo quien me decía que no soportaba estar solo. Estar en su casa, sin compañía por un lapso prolongado le provoca angustia, incomodidad y nerviosismo. Y me preguntó: ¿A vos te pasa lo mismo?

No, respondí con sorpresa, disfruto estar solo. Para mí es mejor la soledad que la charla insustancial. El aislamiento a sufrir la insoportable levedad del ser de una persona intrascendente. Prefiero leer un buen libro a charlar con un desconocido en un ómnibus; estar tranquilo en mi casa haciendo algo que me guste y no asistir a una fiesta en la que me sentiría fuera de lugar.

Cuando tenía 21 o 22 años sabía que yo era una mala compañía para mí mismo, así que me reprimía con música y lectura. Por eso me sorprende que hoy ya no piense lo mismo: pocas cosas me relajan más que sentarme en la oscuridad, oyendo algún buen disco (Pink Floyd, Dire Straits, Enigma...) y meditar sobre cualquier tema en un ambiente perfumado por sahumerios de incienso. De todos los 16 años en los que viví fuera de la casa de mis padres, fui siempre mas feliz cuando vivi solo. Ni los siete años de convivencia con mi ex-novia fueron tan buenos, excepto cuando ella viajaba...

No soy un ermitaño: disfruto reunirme con mis pocos amigos verdaderos, pasar algunos días con mi novia o con mis familiares. Y la compañía virtual está ahí cuando la necesite, a través de Internet. Pero soy completamente feliz cuando estoy solo, conmigo mismo, y puedo dejar que mi mente divague sin interrupciones ni molestias.


Las palabras, como violencia, rompen el silencio
Vienen estrellándose en mi pequeño mundo
Dolorosas para mí, se abren paso a través de mí
¿No puedes entenderlo, mi pequeña niña?






sábado, 11 de abril de 2009

Recuerda: eres mortal (Memento Mori)


Un Samurai le preguntó al Maestro Zen Hakuin
-- ¿Dónde irá usted al morir? 
-- ¿Cómo puedo saberlo? --replicó Hakuin
-- ¿Cómo saberlo? ¡Usted es un maestro Zen! --exclamó el Samurai
-- Sí, lo soy. Pero no estoy muerto.


Nacer es un delito que se paga con la muerte.
Arthur Schopenhauer (1.788 - 1.860)
Filósofo alemán.


Si es un hecho aceptado que prácticamente la totalidad de las religiones prometen una "vida eterna", más o menos feliz de acuerdo a nuestro comportamiento en vida, ¿Por qué tantas personas temen a la muerte?

Porque nadie sabe realmente qué pasa después. Yo, personalmente, creo que después de la muerte hay una hermosa nada: No hay cielo, limbo, infierno ni reencarnación.  Seguiré convencido de ello hasta que alguien demuestre científicamente lo contrario, ya que opino que las supuestas experiencias cercanas a la muerte son delirios de un cerebro privado de oxígeno.

Aún así no temo morir, ya sea mañana o dentro de 50 años. Claro que tampoco estoy deseando mi propia muerte y arriesgándome inútilmente, ni tengo una lista de cosas por hacer antes de que ese momento llegue. 

Un pastor bautista me dijo hace ya tiempo: "Si no crees en el infierno, ni en el paraíso, no puedes ser honesto, moral y ético". Le contesté (bastante molesto): "Soy humanista, lo que entre otras cosas quiere decir que sé que la bondad o maldad del ser humano es responsabilidad de sí mismo, y no es determinada por entes externos (el Diablo, la sociedad o lo que sea). Mis valores, la ética y el sentido común son los pilares que sostienen mi forma de actuar; y no el terror a ser condenado a quemarme eternamente en el infierno por un Dios que supuestamente me ama. Trato de ser buena persona por satisfacción personal, y por el bien de la sociedad." La conversación fue en cuesta abajo desde ahí, porque me preguntó qué iba a pasar cuando muera. Le dije: "Nada. Si estoy en lo correcto, bien. Y si me equivoco, es responsabilidad mía".

El libre albedrío es una puta.
(Free will. It's a bitch.)
John Milton, en "El Abogado del Diablo"

sábado, 4 de abril de 2009

Mi PC: ¿Poeta?

Con su ábaco
agraciadas palabras
ella elige

Hace ya un tiempo, Natalia Alabel en su blog (precisamente acá, allá, más allá, y finalmente aquí) propuso elegir las palabras más hermosas. Y compiló una lista de 290 palabras hermosas, proponiendo luego tirar los dados para elegir algunas al azar y componer poemas, haikus (un poema breve de tres versos de cinco, siete y cinco sílabas respectivamente) o novelas enteras.  Entonces fue que se me ocurrió hacer un pequeño programita (sin instalación, es descomprimirlo y usarlo) que haga precisamente eso: de una lista, elegir el número de palabras que quieras al azar para usarlas en ejercicios de creatividad literaria. Aquí van algunos ejemplos de haikus, junto con los resultados del programa que sirvieron de fuente de "inspiración":

Las palabras son: badulaque, libro, caligrafía. Podría ser
El badulaque
dibuja en su libro
fea caligrafía

Un espiritual
elefante aspira
matar cronopios
(Si lo supiera don Cortázar...)

Sí, ya sé que el resultado es disparatado... pero también bastante divertido. Gracias a Natalia Alabel por el post en que me menciona. Y el programita, lo pueden bajar de aquí: http://www.mediafire.com/?sharekey=7d1cf6939fc672a8e7c82ed4b8f0c380e04e75f6e8ebb871
Estoy pensando en algunas mejoras, como agregar la métrica en sílabas de las palabras y luego seleccionarlas de acuerdo a algún criterio. Quizás lo próximo sea una fábrica automática de haikus... En fin, me debo a mis usuarios. Ellos dirán.
Se aceptan sugerencias al programa, que pueden o no ser ignoradas.

jueves, 2 de abril de 2009

No las he de olvidar


Recuerdo vívidamente al 2 de abril de 1.982, pese a que tenía solo 6 años de edad.  "¡Las Malvinas son Argentinas!" era el grito que se escuchaba repetidamente por el único canal de televisión que captábamos en el pueblo donde crecí. Leí, ávidamente, las noticias sobre la guerra en diarios y revistas (Billiken y Gente), y sufrí la gran desilusión de la derrota. 
Mis padres son docentes jubilados, por eso mi infancia transcurrió en una casa llena de mapas colgados, varias bibliotecas llenas de libros y un ambiente intelectualmente estimulante. Yo había empezado el segundo grado de la primaria, y sabía perfectamente dónde estaban las islas. Corrí, con un marcador, a tachar "Falklands" y poner "Malvinas (Arg.)" en los dos mapas colgados en mi dormitorio: un planisferio y un físico-político de Argentina. A mis padres no les gustó mucho, pero no me retaron por eso.

En este artículo no pienso analizar las causas de la polémica guerra (tanto o más discutida que la de Vietnam, las del Golfo o la de los soviéticos en Afganistán), quiero escribir sobre lo que no se difunde en estos tiempos de historia parcializada. Hubo una guerra, con aciertos y errores; héroes y cobardes en ambos bandos. Y no, como dicen algunos, solo un intento de sumar al país otra provincia pobre llena de habitantes hostiles.


Teniente Primero (PM) Roberto N. Estévez, 
Medalla "La Nación Argentina al heroico valor en combate"

Películas como "Iluminados por el Fuego" o los documentales de The History Channel muestran una versión incompleta de la guerra: la incompetencia, la crueldad, la ignorancia, la cobardía; y no mencionan a los que, calladamente, cumplieron su deber de soldados. Deshonran la memoria de los héroes como el Teniente Primero (post mortem) Roberto Néstor Estévez, quien herido mortalmente siguió preservando a su gente, salvando vidas y combatiendo, según relato de primera mano de un soldado conscripto. O del Sargento Primero (post mortem) Mario Antonio "Perro" Cisneros, quien combatió en la Compañía de Comandos 602 (Fuerzas Especiales), al mando del entonces Mayor Aldo Rico, heroicamente muerto en combate. Nombro solo a estos dos porque considero que son un ejemplo de valentía y sacrificio, que hicieron honor al juramento del soldado: "defender la Patria, si es necesario, hasta perder la vida".
Hablan de "Los chicos de la guerra", declarando que se enviaron chicos adolescentes sin experiencia a la guerra. Solo basta informarse un poco para saber las edades de los soldados en cualquier país del mundo: es aproximadamente 18 años. Fue asi en casi todas las guerras modernas.
Les dan difusión a unos cobardes que deberían ser olvidados rápidamente, en favor de los valientes bien nacidos.
Actualización: Acabo de ver un excelente documental escrito y dirigido por Sandro Rojas Filártiga, llamado "Malvinas: aún esperan". Este documental cuenta con testimonios de ex-combatientes y protagonistas del conflicto, quienes cuentan sus experiencias. Se contrapone directamente a la política oficial de "desmalvinización", de ocultar y olvidar la guerra. Lo van a pasar pronto por el canal C5N y se los recomiendo.


Los pocos veteranos de la guerra de Malvinas que tengo el honor de conocer son personas calladas, marcadas profundamente por esa experiencia. Rara es la vez que comentan algo del conflicto, pero cuando lo hacen, es afortunado el que esté allí para oírlo. Estas personas son actores protagonistas de la historia. Ellos pueden contarnos realmente cómo se peleó la guerra.

Hace unos días oí en una radio local a una periodista que decía:
¿Para qué está el Ejército? Las fuerzas armadas no sirven para nada. No hay perspectivas de una guerra. Solo sirven para desperdiciar el dinero.
Le contesto a esa periodista, como civil, desde mi humilde blog:
Las Fuerzas Armadas (Ejército Argentino, Fuerza Aérea Argentina y Armada)  están para defender a la Patria de amenazas externas. Son una póliza de seguro que esperamos nunca tener que usar. Son una reserva que hace la diferencia entre la vida y la muerte en casos de desastres naturales. Son un bastión de soberanía en la frontera. Cuando todos estamos cómodos, bien alimentados y a gusto en nuestras casas, hay gente de la Armada, de la Fuerza Aérea o del Ejército de guardia o entrenándose. Sufriendo por las inclemencias del clima, el hambre y la distancia que lo separa de sus seres queridos. Sin quejas, porque no es un trabajo: es una vocación. Y son voluntarios, porque nadie les obliga a hacerlo. Ellos están ahí para protegernos, y les debemos respeto. 
Ahora bien: ¿qué es la Patria? ¿qué nos hace argentinos? Patria es la tierra natal, según define el diccionario, pero es muchas cosas más: 
  • La Patria está forjada por próceres como don José de San Martín, Manuel Belgrano y otros, quienes dedicaron sus vidas para que tengamos un país al que llamar nuestro. Y esto es así, aunque el maldito revisionismo histórico trate de manchar la historia de estos insignes hombres. Fueron humanos, cometieron errores. ¿Quién no? Aún así, son necesarios como modelos a seguir y como aglutinantes de la tan esquiva identidad nacional.
  • La Patria es ese lugar que acogió a nuestros antepasados, que vinieron de países lejanos huyendo del hambre y la guerra, y les dió la oportunidad de lograr una vida mejor. Personas que dejaron sus tierras natales y adoptaron la celeste y blanca como bandera propia.
  • La Patria es parte de lo que nos hace estar orgullosos cuando un argentino sobresale en algo, y vivir sus triunfos como propios. Es el hogar de muchos héroes poco famosos, como el Dr. René Favaloro, quien prefirió volver a Argentina antes de quedarse en EEUU por el dinero. O La Bonaerense, quien desde su puesto de docente moldea la vida de muchos chicos y les hace conocer la esperanza de un futuro mejor.
  • La Patria que tenemos el privilegio de habitar nos dá libertad, educación gratuita, buenos alimentos, etc. Basta ver cómo les va a otros países menos afortunados.

En estos globalizados tiempos actuales, con palabras en idiomas extranjeros por doquier, nuestra Patria es Argentina
Debemos estar orgullosos de haber nacido en ella y nuestra obligación es defenderla a toda costa, porque conforma nuestra identidad como seres humanos y porque es nuestro hogar. Y la defendemos haciendo bien nuestro trabajo, buscando el bien de todos, no el egoísta beneficio individual, respetando y enseñando a respetar a nuestros símbolos patrios (aunque no esté de moda y ciertos ignorantes nos acusen de fascistas, sin siquiera saber qué significa).

¡Viva la Patria! 
¡Viva Argentina!
¡Vivan los héroes de Malvinas!
¡Que vuestra sangre no haya sido derramada en vano!

lunes, 30 de marzo de 2009

24 horas de mi vida


Este post NO es acerca de la serie "24" de Fox. No me gusta escribir acerca de mi vida diaria, porque creo que es aburrido para cualquiera, y me incluyo. Pero estas últimas 24 horas creo que valen la pena ser relatadas.

Dia

Hora

Registro


Domingo
29 de Marzo


20:10


Tomo un taxi hacia la terminal de ómnibus. El chofer no abre la boca en todo el viaje. Esto promete.

20:35


Llego a la terminal. Me encuentro con otras personas conocidas que viajaban hacia el mismo destino… y que tienen asientos ubicados al lado o delante de mí. Como soy poco aficionado a la charla intrascendente y forzada de los viajes, me empiezo a incomodar.

21:05


Abordamos el ómnibus. Luego de poca palabrería, me dejan en paz para que pueda leer un poco. ¿Se me nota tanto el fastidio? Si es así, resulta útil.

22:15


Se me cae una papa con salsa (de la “cena a bordo”), que rueda sobre mi camisa. Y no traigo otra para cambiarme. Son cosas que suelen pasarme.

22:30


Termino de cenar y observo que las manchas en la camisa no son tan grandes.

22:45


Ponen en el ómnibus la película “Rumor has it” (denominada “Dicen por ahí” en nuestros cines). Bueno, las comedia románticas no son mis preferidas, pero podría ser peor.

23:30


Sin razón aparente, apagan los televisores. Me pongo a oír las columnas radiales sobre ópera de Chanelle. Recomendadas.

23:50

Comienzo a leer los posts del año pasado del blog de Conta Dora.


Lunes 30 de Marzo


00:30

Cansado, trato de dormir.

01:40

Me despierta el llanto de un bebé.

01:53


El bebé se calla, porque le dieron un teléfono celular para que juegue cambiando los tonos de llamada. ¡Es peor que cuando lloraba!

02:20

Consigo dormirme de nuevo.

03:50

Llegamos a destino. Viajamos desde la terminal al alojamiento.

04:20


Trato de desalojar a una gran cantidad de mariposas, escarabajos y otros insectos de la habitación. Parece la película “Los Pájaros”, de Hitchcock, versión entomológica.

04:35


Luego de tener un éxito moderado en la lucha con los insectos (el truco fue encender la luz en el baño y apagar la de la habitación), trato de lavar las machas en la camisa con agua y jabón.

04:50


Cuelgo la camisa parcialmente mojada frente al ventilador, y trato de dormir.

06:30


Me despierto y veo la camisa seca, con unas manchas apenas notales. Me levanto.

07:30


Me avisan que la reunión a la que tengo que asistir es a las 11 de la mañana. Y que los ómnibus que tengo para volver salen a las 13:10 del lunes o a las 00:30 del martes. En conclusión, es muy probable que viaje a medianoche, luego de haber perdido mucho tiempo.

08:40

Consigo adelantar trabajo como para poder irme a las 13. Voy a poder volver 10 horas antes a casa.

11:10


Me encuentro con algunas personas que realmente quería ver, y con otras que quería evitar. El balance, sin embargo, es positivo.

12:50


Estoy en la terminal, con el boleto en el bolsillo, almorzando dos porciones de tarta de jamón y queso con agua mineral.

13:10


Abordo el ómnibus y obligo a cambiarse de asiento a una señora anciana que se había sentado en el que me correspondía a mí. La señora balbucea palabras incomprensibles. La mando al carajo mentalmente.

13:30


Emprendemos el viaje de vuelta. Ponen la película “The Bucket List” (aquí llamada “Antes de Partir”), con Jack Nicholson y Morgan Freeman. Buena película, que me dio una idea para el siguiente post. Por supuesto, era una copia pirata con mensaje de advertencia incluido.

15:50


Terminada la película, me pongo a releer el libro “El Dragón Rojo”, de Thomas Harris. Un poco de literatura ligera para viajar.

16:40


Dejo de leer porque me duele la cabeza. Me tomo dos aspirinas, vuelvo a oír a Chanelle, y me relajo con un poco de ópera. Una de mis preferidas: Batti, batti, o bel Masetto, de la obra “Don Giovanni” del genial W. A. Mozart. Como bien lo explica Chanelle, en sus versos Zarlina pide a su futuro esposo Masetto que le pegue como castigo por haberse dejado seducir por Don Giovanni. Como aclaración necesaria: Mi interés en el aria es puramente estético, la violencia sugerida es accesoria.

17:30

Sigo leyendo el blog de Conta Dora hasta ponerme al día.

17:55

Con mi mejor cara de poker, me pongo los auriculares para ahogar con la música de Keane el intento de charla de un
señor mayor que acaba de subirse.

17:56


Observo, divertido, la cara de asco que tiene una chica joven al besar a su novio que la despide. ¿Se habrá cepillado los dientes, ese muchacho? Oh, l'amour diría Pepé le Pew...

18:05


Veo que el ómnibus se va a desviar unos 60 kilómetros para entrar a una ciudad fuera de la ruta directa. No me importa, aunque agregue al menos una hora más al viaje. Estoy de buen humor.

19:30


Oficio de intérprete portugués-español-portugués para ayudar a un pobre brasileño a entenderse con un guarda sin muchas luces.

19:50


Llego a la terminal, bajo apurado del ómnibus y subo a un taxi

20:30


Tras un silencioso viaje en taxi, llego a mi casa tras 24 horas y 20 minutos de ausencia y diez horas antes de lo que tenía planeado. Veo que todo está bien, aunque mis gatos no están.

20:40


Descubro a mis gatos jugando con unos chicos en la vereda de la iglesia que está cruzando la calle. Ya van a venir, guachos, cuando tengan hambre.


Aburrido, ¿les parece?

lunes, 23 de marzo de 2009

La cultura de la mediocridad


El hombre mediocre es incapaz de usar su imaginación para concebir ideales que le propongan un futuro por el cual luchar. De ahí que se vuelva sumiso a toda rutina, a los prejuicios, a las domesticidades y así se vuelva parte de un rebaño o colectividad, cuyas acciones o motivos no cuestiona, sino que sigue ciegamente. 

El mediocre es dócil, maleable, ignorante, un ser vegetativo, carente de personalidad, contrario a la perfección, solidario y cómplice de los intereses creados que lo hacen borrego del rebaño social. Vive según las conveniencias y no logra aprender a amar. En su vida acomodaticia se vuelve vil y escéptico, cobarde. 

Los mediocres no son genios, ni héroes ni santos. Un hombre mediocre no acepta ideas distintas a las que ya ha recibido por tradición, sin darse cuenta de que justamente las creencias son relativas a quien las cree, pudiendo existir hombres con ideas totalmente contrarias al mismo tiempo. (...) "Cuando la mediocracia encuba pollipavos no tienen atmósfera los aguiluchos".
Del libro "El Hombre Mediocre",
por el sociólogo y médico italoargentino
José Ingenieros (1877-1925)

Los espíritus mediocres condenan generalmente todo aquello que no está a su alcance.
 escritor francés

Ser mediocre es conformarse con poco, con menos del promedio. Es no esforzarse por alcanzar el máximo de lo que seas capaz. Es hacer lo mínimo indispensable, "total, nadie lo va a notar". 
Pero mediocridad no es lo mismo que conformismo. No es la falta de ambición desmedida, ni la codicia extrema.  Está bien ser feliz con lo que soy y con lo que tengo, porque no me importan las necesidades creadas artificialmente por la publicidad.

Cuando daba clases en una universidad, me daba asco esa tendencia a contagiar la mediocridad: mis estimados alumnitos me presionaban para que los apruebe con menos trabajo. Que no debía ser tan exigente, que todo mi esfuerzo era vano (preparar clases y material, dictar lecciones, corregir trabajos prácticos y exámenes). 
Hubo un caso, en un examen final, en que el alumno escribió acerca de un tema que no estaba incluido en el cuestionario, y tuvo el descaro de decirme: 

-- No estudié lo que usted pidió. Asi que escribí lo que había estudiado, así que tengo que aprobar.
-- Está bien -contesté-, al fin y al cabo el cuestionario no tiene importancia. Espero que todos escriban lo que quieran.
-- ¿En serio?
-- No. Tiene un 1. Retírese.

También, en uno de mis trabajos anteriores, mis compañeros me presionaban para que no produzca más que el promedio y no delate su pereza e incompetencia. Por supuesto, no les hice mucho caso y me gané la enemistad de varios de ellos.

La mediocridad está enquistada en todos los ámbitos, y tratamos a los que sobresalen como héroes, cuando en realidad estan haciendo algo que deberíamos hacer todos.  Así que si mi trabajo es barrer la vereda, debo hacerlo lo mejor posible. Si es realizar un examen psicológico a un futuro docente, asegurarme de su estabilidad mental y no firmarle el certificado después de recibir una respuesta negativa a la pregunta ¿Vas a matar a algún alumno?.  Creo que la mediocridad va de la mano con la corrupción y el egoísmo. Si no me importa hacer bien las cosas, no tengo reparos morales en vender mi integridad profesional.

Entonces, sea cual fuera lo que estoy haciendo, debo apuntar alto. Y no para buscar prestigio o ser un ganador, sino por la propia satisfacción de saber que hice lo mejor que pude. Que mi tiempo y esfuerzo no terminen desperdiciados en algo mediocre.

sábado, 14 de marzo de 2009

Mentime, que me gusta: La astrología


Penny: Soy de Sagitario, lo que probablemente les dice mucho más de mí de lo que necesitan saber... 
Sheldon: Sí. Nos dice que vos participás en el masivo delirio colectivo de que las posiciones aparentes del sol y los planetas respecto a constelaciones arbitrariamente definidas, en el momento de tu nacimiento, de alguna manera afectan a tu personalidad. 
Penny (confundida): ¿Participo en qué?
The Big Bang Theory, comedia en Warner Channel

Miente, miente, que algo quedará...

Joseph Goebbels, Ministro de Propaganda de Adolf Hitler

Actualización: Como bien me lo señaló Conta Dora,  es probable que  la publicidad de Google conste de sitios de astrología y horóscopos. Lo sabía porque ya le pasó a Phil Plait, quien dijo al respecto:
"Irónicamente, la publicidad de Google a la derecha invariablemente promoverá sitios de astrología, porque Google busca palabras claves en la página y selecciona su publicidad en consecuencia. Me es imposible filtrar la gran cantidad de anuncios de astrilogía, así que tenés permiso para visitarlos y burlarte" 


Hoy comienzo una serie de artículos acerca de las falacias corrientes en nuestro mundo, que a fuerza de repetirlas se transforman en verdades para algunos.

La astrología no es una ciencia milenaria, y los horóscopos no sirven. Es, quizás, un engaño milenario, pero definitivamente no es una ciencia. Entonces, me pregunto: 

¿Por qué la gente sigue leyendo los horóscopos? 
  • Por entretenimiento: Supongo que para algunas personas es divertido "ver qué le deparan los astros hoy". Por algo los horóscopos están junto a los crucigramas e historietas en los medios gráficos que los publican.  
  • Porque creen realmente que son acertados: Estas personas se acuerdan claramente de las pocas veces en que una frase ambigua, general del horóscopo coincidió con algo que les pasó. Y se olvidan rápidamente de las miles de veces en que se equivocó. ¿Se dan cuenta acaso de que cada horóscopo pronostica cosas totalmente distintas? ¿Que no coinciden entre ellos en nada? Si la astrología fuese una ciencia, todos los horóscopos coincidirían en mayor o menor medida.
Me llama la atención que personas que dicen creer en Dios y asisten a alguna Iglesia, lean los disparates astrológicos y se los crean. En varias partes de la Biblia aparecen citas condenando a la astrología (Isaías 47:13-15, Deuteronomio 18:9,12-14, etc.). Yo crecí en una familia católica (incluso fui monaguillo), pero actualmente me considero un humanista: Creo que el ser humano es responsable de obrar bien o mal, no hay entidades sobrenaturales que lo influencien.

Los especímenes humanos que me intrigan son aquellos que practican una "astrología selectiva": Dicen "Yo no creo en el horóscopo occidental. Sólo en el chino." Lo mismo daría que fuera el horóscopo maya, guaraní o zoroastriano, todos están mal.

La astrología, para sobrevivir, tuvo que adaptarse a los tiempos: Primero, descartó una de las trece constelaciones originales (Ofiuco o Ophiuchus, el Portador de la Serpiente, que iría del 30 de noviembre al 17 de diciembre)  para que quedaran doce, convenientemente alineadas con los meses del año. Luego adoptando rápidamente los planetas que se iban descubriendo a sus "pronósticos". Si es que sirven para algo esas predicciones, la existencia de los otros planetas hubiera sido evidente hace tiempo para los astrólogos. Me pregunto qué habrá pasado ahora que Plutón ya no es más un planeta, sino un "objeto transneptuniano".

Cuando yo cursaba el 5to (y último) año de enseñanza secundaria, ayudado por mi primera computadora, hice un experimento: 
  • Recopilé 200 frases de horóscopos en varias publicaciones
  • Hice un programa que las mezclaba al azar.
  • Imprimí "horóscopos" generados "tirando los dados" en la PC.
  • Los repartí en el colegio.
  • Antónito, fui felicitado por la exactitud de mi "programa astrológico" al cabo de un mes de pruebas.
En conclusión, los horóscopos (y la descripción de personalidades con base astrológica) son un bien montado negocio, que lucra con descripciones generales y frases ambiguas, aprovechando que nos acordamos claramente de cuando aciertan y olvidamos rápidamente cuando se equivocan. Si vos creés en la astrología, estás en tu derecho de perder tu tiempo (y dinero) en lo que quieras.  Entiendo que haya personas que "necesiten creer" en algo, y que esta barrabasada cubra esa necesidad.

Les dejo los links de dos excelentes artículos que demuestran científicamente lo que ya sabemos: que la astrología es una mentira.
  • La Mentira de la Astrología (Parte 1, Parte 2), por el escritor, periodista y divulgador científico Marcelo Dos Santos
  • Astrology (en inglés), por el astrónomo Phil Plait. Este artículo fue la base del trabajo anterior de Marcelo Dos Santos
Escrito mientras oía a mis gatos jugando en el patio

miércoles, 4 de marzo de 2009

Método para soportar el calor





Hoy, por cuestiones laborales, tuve que vestirme con saco y corbata. A las 18:30 hs me fui a un kiosco cercano para buscar una botella de agua destinada a rehidratarme. El kiosquero me dice:
- ¿Cómo hacés para no transpirar, con saco y corbata y 40 grados de temperatura?

Le contesté, con cara de "¿te parece que tengo alternativa?":
- Sí, transpiro. Pero no me importa, porque disfruto sentir mi camisa mojada de sudor.

Quisiera haberle contestado no TE importa, pero me contuve porque es el único kiosquero que tengo a mano en estos días. Luego de unos tensos segundos, el kiosquero dijo:
- ¡Ah, claaaro! Porque "la calor" (sic) es como el frío: todo "sicológico". Je je je.

Maldita sea, imbécil. Guardá el secreto porque si todos se enteran, nunca más se vende un equipo de aire acondicionado, total con convencerme que no hace "tanta calor", ya está. El olor a chivo que tengo también debe ser psicológico. Cerré la conversación diciendo:
- Si, je, je, je, psicológico. Chau.

Dormir mal me vuelve aun más intolerante.

Escrito mientras hilillos de transpiración me hacían cosquillas en el pecho.