“Divorciarse es como ser atropellado por un camión. Si sobrevivís a la experiencia, empezás a mirar cuidadosamente a la izquierda y a la derecha.”Jean Kerr (1922-2003) Escritora y guionista estadounidense.
(Maldita sea, este post está lleno de obviedades. Prometo hacerlo mejor en el próximo)
Cuando todas las esperanzas de lograr una continuidad en el matrimonio se acaban, ambos conyuges acuerdan el divorcio, porque saben que despues de todo va a ser mejor que la convivencia ríspida. Y la guerra comienza, porque lo de antes eran tímidas escaramuzas. El casus belli está compuesto por disputas por por los bienes materiales del matrimonio, por la custodia de los hijos, por el régimen de visitas, por el dinero para alimentos.
Cada uno de los involucrados trata de sacar la mayor ventaja posible y maximizar el grado de humillación del otro. Todos los rencores salen a la luz aquí, pocos trámites de estos son amigables. Por supuesto, hay muchos hombres "vivos" que tratan de salirse con la suya y sacar ventaja. Es casi imposible, ya que la mujer suele ser la más favorecida.
Una vez logrado un precario acuerdo, abogados mediante, empieza la tercera etapa y verdadero infierno:
Continúa en Diferencias irreconciliables (Parte III): La vida de divorciado
3 comentarios:
Muy bueno Acerbus, me gusto mucho la frase de Jean Kerr, bueno comienzo para el tema!
Que siga, vamos.
Beso!
Me encantó tu blog! Y con relación al post y a los bienes materiales, parece mentira pero cuánto más tienen, más se pelean por pavadas. He visto a gente con casa en country, yate, dos autos, etc., pelearse por las tacitas de café regalo de la tía Ofelia para el casamiento. Palabra.
IML: Gracias por el comentario. Estoy juntando material para la tercera parte.
Gran Lady: Es cierto, poderoso caballero es don Dinero (o don BienesMateriales, para el caso). Gracias por el comentario.
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